Nos gobiernan empobrecedores seriales.
Como ya la mayoría les sacó la ficha, van a aprovechar lo que les queda de gobierno no para sanear la economía sino para quedarse con lo que puedan de las cajas exhaustas del estado, para mantener su núcleo duro fidelizado con planes platita, y a expensas de la clase media. Porque al resto ya lo empobrecieron. Sólo un cínico puede decir que las quejas que escucha son porque para ir a comer hay que esperar dos horas. Ese cínico es el presidente de la nación.
Deberia preguntarle a una familia tipo hace cuánto tuvo que cancelar las salidas a comer o a un jubilado que no llega ni al día 10.
Por eso me refiero a la clase media como los que aún resisten. En Argentina cualquier ciudadano perteneciente a esta especie en extinción llamada clase media que ya había cambiado el “voy a intentar estar mejor” por el “voy a intentar no caerme”, ahora está seguro de que le irá peor.
No hay un tema más importante que el de la inflación, que es el termómetro que marca el minuto a minuto del empobrecimiento. Y en su aceleración no es metáfora que todo aumenta todo el tiempo. En un país mínimamente normal, el gobierno estaría tratando de bajar la inflación que es lo que más le preocupa a cualquier argentino elegido al azar por la calle. Pero lejos de tomar medidas serias para bajarla, la producen, mientras dicen que la bajan, aplicando medidas como cepos, controles de precios o decenas de tipos de cambio, todas recetas que nunca funcionaron. ¿Qué va a pasar cuando en Marzo no haya bajado a un 3% y sea del 5 o 6? ¿Inventar algún otro culpable y seguir tapando el sol con la mano? Al dólar libre cerca de 400 no lo tapan.
El mundo marcha a una desinflación. Argentina no. Y el verso de que fue por la guerra es eso, un verso. En el año de la gran inflación mundial por la guerra, el promedio de inflación en Latinoamerica fue de 8% , en Argentina de 94,8%. Uruguay terminó con 8,3% Brasil con 5,9, Paraguay con 8,1%, Peru con 8,6%. Solo a Venezuela le fue peor que a Argentina con 305% pero habiendo desacelerado a la mitad de su registro anterior. Nuestro país no dejó de empeorar.
El colega Carlos Monzoni de La Nacion revisó la evolución de los salarios de los trabajadores registrados que son los que mayormente pertenecen a la clase media y con un aumento de 87% perdieron frente a la inflación y frente a sus gastos clásicos que aumentan a veces más que la inflación y ahora se indexan prácticmente mes a mes: colegios, prepagas, expensas, los gastos del coche, el servicio doméstico, el combustible etc.
Sólo voy a agregar que este año se espera una inflación nuevamente cercana al 100 por ciento pero encima en un contexto que no es de crecimiento sino que flamea entre la recesión y la caída.
En el mundo, en cambio, se proyecta una reducción de la inflación a pesar de la cual, los principales bancos centrales van a mantener las políticas duras para que la reducción de la misma sea confiable.
El viernes pasado, 3 de febrero, se cumplió un año de que el presidente argentino visitará a Vladimir Putin y le ofreciera ser la puerta de entrada de Rusia a Latinoamerica. Ya había perdido el don de la oportunidad claramente. Cuando volvió, se inició la guerra infame que todavía sigue y ahí no tuvo mejor idea que declararle la guerra a la inflación, ¿se acuerdan?, en medio de los muertos y las bombas.
Bueno. También la perdió. Pero él está convencido de que todo está bárbaro. Y hasta quiere ir por la reelección. Hoy le puso en sus propias palabras descripción al desbande, diciendo que sabe con quien puede gobernar y con quien no. Como si esto pudiera llamarse gobierno.
A la señora no la nombro. Porque ella está en otra. En llevarse todo puesto para no ir presa. Su hijo tampoco me interesa porque todavía esto no es una monarquía. Y el ministro de economía que también coquetea con su candidatura me da ternura después de repasar el tema de la inflación. Esta gente además de empobrecer al país nos toma claramente por estúpidos.
Y no podemos darnos el lujo de la estupidez. Arranca un año electoral. Estás harto y desilusionado. Pero los 40 años de democracia vendrán con una nueva oportunidad. Pone todos tus sentidos en que no sea otra oportunidad perdida. Exigile a la política lo que debe. Y debe mucho.