Martes, 14 Marzo 2023 15:09

"Máximo Kirchner expone el fracaso que Cristina ya no puede disimular"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

Uno de los fracasos más estruendosos de Cristina Kirchner no es el que más vocifera: su desprecio y destrato al Presidente que ella misma entronizó. Es el fracaso que disimula el que más la angustia: la decadencia de La Cámpora, esos jóvenes viejos que sin las cajas del estado y sin ella no tienen nada que ofrecer, y el fracaso de su hijo Máximo en convertirse en un líder.

La Cámpora es una agrupación de ex jóvenes, porque ya pintan canas. Pero las canas no trajeron ni madurez ni autonomía política. Son una generación política que no generó políticos elegibles porque no es su contacto con la sociedad lo que los hizo crecer sino ser los favoritos de Cristina Kirchner.

Durante años la señora forzó a los caciques del peronismo para que les dieran lugares estelares y para impregnar la estructura del movimiento con su armada sectaria.

Hoy se produce la paradoja de que ocupan las principales cajas del estado, pero actúan como opositores al gobierno al que pertenecen sin que eso les genere un mínimo escozor moral. Patean la puerta del directorio pero siguen llevándose los dividendos. Cacarean comunicados contra el acuerdo con el Fondo pero se encadenan a los presupuestos estatales más millonarios sumando un 70% de los fondos con los que cuenta el gobierno que detestan.

En estos días se palpa el nerviosismo porque el poder entró en tiempo de descuento y como la señora no generó sucesión, con ella fuera de la competencia, no sólo quedan huérfanos sino extinguidos. La desesperación de Máximo Kirchner reclamándole cargos para la militancia al gobernador Kicillof, muestra que su única proyección es asegurar el conchabo en la función pública cuando ya no haya puestos para ocupar a nivel nacional.

Nada escenifica mejor el vacío que representan como las ideas vencidas de Máximo Kirchner, a quien desafía hasta Anibal Fernandez, cuando dice no saber de qué trabaja. Pero no sólo es el mote de heredero vago, lo que termina de desmantelar su reputación. Es su propia inconsistencia política expuesta en una vergonzosa ignorancia.

La mención a “los calores de Hiroshima”, expone la talla minúscula de su formación. Desconocer la devastación nuclear y sus consecuencias al punto de burlarse, no sólo lo expone a él sino a su madre que le pagó cash con plata pública una agrupación para que lidere y continúe la dinastía Kirchner en la política. Pero ni con los millones del estado que manejan pudieron construir liderazgos elegibles. Hoy Máximo es uno de los políticos con peor imagen del país y también el hazmerreir en la decadencia kirchnerista.

El concepto nene de mamá se disimulaba en las buenas épocas. Hoy resulta inocultable. Y encima, puede tener que llegar a dar explicaciones en la justicia no sólo por su rol en la causa Hotesur sino en la operación Limpiar Todo revelada en la causa Vialidad.

El destino de La Cámpora, está atado a la decisión de Cristina de ser candidata. Al menos, esperan que ella se postule como senadora. Nadie despreciaría tener fueros con las causas judiciales que enfrenta. Pero en todo caso, eso les permitirá cierta subsistencia, no sin quiebres internos y sin crisis como las que ya se avizoran. La Cámpora falló incluso cuando tuvo que cuidar a la vicepresidenta, porque eran ellos los que se encargaban de su seguridad en el perímetro de su casa cuando se produjo el atentado de los copitos. Fueron su guardia pretoriana y fallaron. Luego también falló la custodia. Ella nunca querrá admitirlo pero hasta la pusieron en peligro.

Las hojas que se le volaron al hijo de la vicepresidenta son la metáfora de una paradoja. Un estadio lleno, un acto carísimo pagado por estado, y sin embargo, al machete se lo lleva el viento, como si la mención de Hiroshima hubiera desintegrado cualquier posibilidad ulterior de discurso después de decir semejante barbaridad. La paradoja es la paradoja de la abundancia, que termina convirtiendo en inútiles a muchos herederos: saber gastarla no es saber ganarla.