Susana Romero: "La tele me dio el cariño de familia que no tuve en mi infancia"
Sábado, 27 Abril 2024 09:29

Susana Romero: "La tele me dio el cariño de familia que no tuve en mi infancia"

La reconocida actriz, ex modelo, conductora, artista plástica e icono de los años 80… habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su dura infancia, sus comienzos, su carrera, su lucha por los derechos de todos los seres vivos, el alejamiento de los medios y como encontró en su profesión y en el público el cariño que nunca recibió de sus padres: "Yo no tuve una infancia de abrazos, de besos y de caricias de parte de nadie. Jamás me arroparon o leyeron un cuento. Mis padres me cuidaron, pero nunca recibí un abrazo una muestra de afecto de ellos. No fui una hija querida, mi mamá no pudo abortarme y eso se convirtió en un padecimiento para mí. Mi forma de protegerme fue crear mi mundo y, cuando crecí, mi profesión y el público, me dieron todos los abrazos que no tuve de niña. Agradezco infinitamente cada demostración de cariño en la calle, que me sigan recordando con tanto afecto y me lo demuestren. Sentirme tan querida hasta el día de hoy, no tiene precio.”  

"Siempre me dijeron que tenía una mirada triste, melancólica. Me faltaron muchas cosas con respecto al cariño; me cuidaron, pero siempre me faltó el abrazo y el beso. Nuestra posición económica no era buena, pero eso no lo sentí. Mi papá hizo todo lo que pudo para cubrir nuestras necesidades. Mi madre se dio cuenta que estaba embarazada a los cuatro meses y el médico le dijo que ni se le ocurriera hacer nada. Sufrí mucho destrato, aún me hace mal recordar como mi madre intentaba ‘aclarar’ mi piel, lavándola bajo la ducha con un cepillo de cerda intentando aclararla, pero intento quedarme con lo bueno que viví de ellos y todo lo que pude darles. Es el día de hoy que me acuerdo de mi mamá cosiendo hasta cualquier hora y mi papá trabajando 12 horas para traer dinero a casa. Eso es lo que uno tiene que rescatar; si después me faltó lo otro, no importa yo se los devolví a ellos. Cuando envejecieron llevé a mis padres a vivir conmigo. Fueron mis hijos y pude ser una buena madre de ellos.” Recordó la actriz emocionada.

Continuando con el relato Susana rememoró: “Mi mamá falleció primero; tenía muchos problemas cardíacos.  Después murió mi papá. Anteriormente les había comprado un departamento, pero luego surgieron problemas financieros. No sé qué pasó con el dinero que les daba, pero empezaron a acumular deudas y, lamentablemente, tuvieron que abandonar ese lugar. Los llevé a vivir a mi casa, los cuidaba y los cuidé lo más que pude. La falta de dinero siempre fue un tema importante en mi casa. Mi mamá venía de una familia muy adinerada que habían perdido todo y ella nunca pudo superarlo. Yo desde muy chica escuchaba terribles discusiones por dinero y me decía a mí misma: ‘apenas pueda trabajar lo hago, para que esto termine’. A los 14 años dejé el colegio y empecé a trabajar en una casa de ropa para ayudar en mi casa y nunca paré.”

Aún sin llegar a la mayoría de edad, Susana fue elegida Miss Argentina para competir en Miss Universo. Pero el mayor ‘premio’ que recibió esa noche, no fue el preciado título, sino el primer beso que su madre le dio en su vida. Falto el abrazo… pero aquel beso quedó grabado para siempre en su recuerdo: “Yo me presenté sin expectativas, era menor y muchos no querían que participara, pero para otros muchos fui la favorita y gané por amplia diferencia. Ese día mi madre me dio un beso, el abrazo no llegó, pero ese beso lo recuerdo como si fuera hoy. Después mi vida cambió, llegaron cosas lindas e impensadas en mi vida. Viajé a Nueva York con mi valijita de ropa de la casa Etam y los vestidos de Héctor Vidal Rivas, sin conocer demasiado nada… El destino final era Grecia. Yo, que veía en las fotos de los libros del colegio la Acrópolis de Atenas, viví el sueño de ensayar diez noches allí, realmente maravillosas. Después llegaron las ofertas laborales en Francia y Nueva York, desfilar para Valentino y las mejores marcas. Tenía la propuesta y la aceptaba encantada. Yo nunca me hice cargo de mi belleza. Nunca me di cuenta de nada. No quiero ponerme en víctima, pero pude haber estado más arriba, si hubiese tenido mi autoestima más alta. Mi autoestima baja sé que me limitó. El no creer en mí, pensar que no era capaz… Después la realidad me mostraba lo contrario.” Relató quien se convirtió en modelo de alta costura e incluso trabajó en Francia para la prestigiosa Agencia Élite.

Entre los momentos históricos y salientes de su carrera, se encuentra el haber conocido a Salvador Dalí, en Francia: “Vivía en París en 1980 y la agencia de modelos en la que trabajaba me pidió reunirme con Dalí para ser su musa en una obra. No podía creerlo, siempre lo admiré y ya solo conocerlo era una locura hermosa para mí. Llegó el día y fui al hotel Ritz. Él y a su esposa, Gala, estaban ahí. Salvador hablaba castellano y amaba nuestro país, gala no entendía una palabra. Me miró y me dijo: 'Estoy buscando una mujer guapa para hacer un desnudo de espaldas, pero debe tener buenas caderas.' Yo era muy menudita… tenía talle 36… me puse de espaldas y dijo: 'Pero qué pena, niña. No podrá ser. Necesito un culo muy grande.' No me pintó, pero el haberlo conocido y hablado con él, fue realmente maravilloso.” Aseguró la actriz.

En televisión comenzó en Argentina, en “Alta tensión” el ciclo conducido por Fernando Bravo, en canal 13, en el que ella bailaba: “Empecé a trabajar muy chica, bailando en Alta tensión. Pese a la edad, era muy consciente de que lo que hacía servía para llevar dinero a mi mamá y mi papá. Nunca se me subió la fama a la cabeza, ni el ego, y no me sentí sobre un pedestal. Simplemente cumplía con mi trabajo. A mi mamá le encantaba ese mundo. Yo en cambio era muy tímida, muy para adentro. De chica mis padres se iban a trabajar y me dejaban encerrada en casa, para que no me pasara nada. Y eso que no sabían del abuso que sufrí, de parte de un tío mío, desde los 4 hasta los 6 años. Los abusos fueron por parte del marido de la hermana de mi papá, donde me dejaban para que me cuidaran. Es algo que nunca va a desaparecer de mí mente, hasta el día de hoy tengo flashes y es tremendo. No me acuerdo de todo, por suerte. Un abuso puede destruirte para siempre. Yo no pude salir de esa pena. Jamás pude contarles esto a mis padres porque el tipo venía siempre a mi casa. Y si yo le gritaba o le decía algo, mi papá sacaba el cinturón para pegarme. Entonces, me escondía debajo de la mesa o me encerraba en el baño. Lo cuento en el libro ‘El amor después de la pena’”.

Luego de “Alta Tensión” Realizó infinidad de campañas publicitarias y famosísimas publicidades para televisión. En 1986 formó parte de “No toca botón” con el querido Alberto Olmedo a la cabeza, allí trabajó junto a sus otras compañeras Beatriz Salomón, Silvia Pérez, Adriana Brodsky y Divina Gloria. En la pantalla grande compartió películas con Víctor Laplace, Leonor Manso, Rodolfo Ranni, Ana María Picchio, Alberto Olmedo y Jorge Porcel, entre otros: “Tengo los mejores recuerdos de todos. Trabajé en una película con Alberto (Olmedo) y Jorge (Porcel) que hicimos para chicos, y siempre fueron dos caballeros. A Porcel lo conocí poco, en cambio con Alberto trabajé mucho y teníamos mucho en común también y decíamos que éramos dos payasitos, pero con lágrimas porque tuvimos infancias difíciles. Siempre venía a mi camarín y conversábamos mucho de sus cosas, de sus hijos, de la vida… más que un compañero fue un muy buen amigo. Las chicas también, todas nos llevábamos muy bien. Beatriz (Salomón) fue una gran compañera y amiga, fue muy importante en muchos momentos de mi vida. Por eso digo que la televisión, el teatro, eran una fiesta para mí. Disfruté mucho trabajando. La tele me dio lo que no tuve, cariño, amigos… Hay gente que no se puede despegar de la tele y enloquece si no la llaman. Yo lo disfruté, pero también solté. Yo no sufrí, cuando dejé de trabajar, porque yo no elegí estar en el medio, fue el destino.”

 “No me costó dejar de trabajar en la tele. Cuando nacieron mis hijas, Calanit y Nicole, que hoy tienen 31 años, deje 5 años de trabajar.  Me dediqué a ellas sin parar. No me quejo, fue hermoso porque yo no había tenido infancia y no sabía lo que era la adolescencia y con ellas aprendí a jugar. Mis hijas son lo más importante de mi vida. Las llené de lo que me faltó a mí en la vida y eso me hizo muy feliz. Muchas veces la gente me pregunta si no tengo ganas de enamorarme… No creo en la búsqueda del amor de pareja. Eso se da o no se da, es algo natural, si llega bien y sino también. No odio al sexo opuesto. Al contrario, de joven buscaba al príncipe azul perfecto, que me rescatara, y era al revés.  Me pedían a mí que los rescatara. Siempre me hice cargo de todo. Desde que me puse los pantalones para sacar adelante a mis padres hasta con las parejas que me tocaron.” Relató la actriz.

Desde muy niña Susana tuvo una sensibilidad y empatía especial hacia todo ser vivo y hasta quienes ella sentía como abandonados, algo inusual para su corta edad: “Vivía en San Isidro, frente al cementerio. Me escapaba, sin que me vieran, y a la tarde saltaba el tapial y me iba a visitar las tumbas que estaban abandonadas; las limpiaba, le sacaba el pasto feo, le llevaba florcitas... Era algo que me hacía sentir bien. El rescatar, curar, proteger y dar amor a los animales lo recuerdo desde que tengo uso de razón, es algo que siempre me lleno el alma.” Recuerda la ex modelo.

“Con los años empecé siendo vegetariana. En las charlas de la Unión Vegetariana Argentina me di cuenta de lo que hace el ser humano: sacrificar animales para comerlos. Y lo que más amo en mi vida son mis hijas y los animales. Hay que tomar conciencia, soy proteccionista, rescatista y defiendo los derechos de los animales. Debo decir que eso también me hizo bolsa el corazón porque se sufre mucho. Soy híper sensible y siempre tuve mucha fuerza y energía, pero ver lo que algunas personas les hacen a los animales es tremendo, me destruye.” Enfatizó Susana.

La vida de Susana Romero también estuvo marcada por desafíos de salud, que fueron atribuidos al estrés: “Cuando comenzó la pandemia, me sometí a una operación importante por primera vez. Me colocaron varios stents en el corazón y las piernas porque todas mis arterias estaban obstruidas. Los médicos no entendían la razón, ya que no soy fumadora y soy vegana. Pero es el estrés, que se convierte en veneno. A partir de ahí, comencé a tomar conciencia sobre el tiempo, la vida y la muerte. Fue una operación que duró seis horas. Después de eso, tuve tres operaciones más. Trato de controlar el nivel de estrés, pero no me resulta fácil.” Recalcó la ex chica Olmedo.

Hoy en día, Susana Romero se encuentra abocada a la fe, a su activismo como vegana y defensora de los animales, y a la comunicación mediante sus redes sociales. Hace más de 10 años que no trabaja como actriz y decidió tomar un nuevo rumbo dándole a su vida un giro radical alejada de las cámaras. Tiene un canal de YouTube llamado "Susana actriz Romero" el que comparte videos sobre su nueva vida espiritual, además de su cuenta de Facebook, X e Instagram… Con ningún otro objetivo en la vida más que tratar de ser día a día mejor persona.