Pipo Cipolatti: "Soy un padre orgulloso"
Viernes, 29 Marzo 2024 20:03

Pipo Cipolatti: "Soy un padre orgulloso"

El reconocido cantante, músico, compositor, guitarrista de Rock, actor, conductor, líder de Los Twist y padre de gemelos… habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su carrera artística, su infancia, su familia, sus comienzos y su paternidad, como nunca antes: “Por estar en el mundo del rock, muchos pensaban que llevaba una vida desordenada que la trasladaba a mis hijos y no es así. Pude ensamblar bien las dos cosas y respetar mucho los horarios de los niños. En nuestra casa los horarios los respeté siempre -desayuno, almuerzo, merienda y cena- acomodé mis horarios a sus necesidades como cualquier padre. Las entrevistas y los ensayos eran en los horarios que me quedaban libres. Cuando no pude hacerlo, siempre encontré alguien responsable que si pudiera. Hoy Giorgio y Donatto ya cumplieron 22 años y viven en Europa jugando al fútbol. Son dos hijos maravillosos y estamos en contacto todo el tiempo”

Los gemelos Giorgio y Donatto Cipolatti -hijos de Pipo y Flavia Pereyra Ortiz- nacieron en febrero de 2002. Tras la muerte de su ex mujer en febrero de 2004, la vida del ex Twists cambió rotundamente cuando se tuvo que hacer cargo de sus dos hijos de dos años. Él ya estaba separado y se convirtió en padre Full Time llevándoselos a vivir con él: “Pasó todo junto. Ellos nacieron dos semanas después de la muerte de mi papá, en febrero de 2002. A los dos años pasó lo de la mamá y yo al ser hijo único, quedamos nada más que mi mamá, los chicos y yo. Buscamos la manera de que la situación sea pintoresca y no patética. No sé qué me dio fuerza para seguir, porque las cosas suceden. Pueden pasar mejores y peores, de hecho, pasaban en ese momento muchas cosas y siguen pasando todo el tiempo, pero yo rechazo lo feo que me haya pasado. Charly (García) estaba muy cerca de mí en ese momento y era el que más seguido veía a los chicos. Él en la sala de ensayo tenía muchas guitarras de las que rompía en el escenario, un día me las dio y me dijo que si necesitaba venderlas que esa plata fuera para los chicos. Ahora hace más de diez años que no veo a Charly. A la última madrina que vieron Giorgio y Donatto fue a Fabiana (Cantilo) y hasta los hizo subir al escenario.” Comentó Pipo, recordando que sus hijos son ahijados de bautismo de Charly García, Gerardo Sofovich, Fabiana Cantilo y Paulina Karadagian (hija del recordado referente de Titanes en el Ring). Hoy, los hijos del cantante no son músicos y están lejos del rock, siguen sus sueños en el extranjero y viven en Murcia donde juegan al fútbol. Se radicaron en España y el apellido italiano que heredaron de “Pipo” dio sus frutos en cuanto a la documentación y vivir en Europa con los papeles al día.

Hugo “Pipo” Cipolatti nació un 4 de diciembre en Valentín Alsina, partido de Lanús, al sur del Gran Buenos Aires. Hijo único de Rodolfo Cipolatti, un instructor de judo, posteriormente policía, y María Rosa, un ama de casa. Creció en Parque Patricios en una casa llena de tíos y fue un “niño prodigio”.  A los diez meses de edad ya sabía hablar y caminar. Antes de cumplir cuatro años ya sabía leer y escribir. Contrariamente a lo pensado para un rockero, siempre fue un buen estudiante. En el Instituto Bernasconi recibió el premio al "Niño Ideal" en 3er grado y a los 16 años se recibió de profesor de inglés en el Liceo Cultural Británico. Cursó los estudios secundarios en el colegio Ingeniero Huergo y en el Alejandro Volta, y se recibió de Electrotécnico con las mejores calificaciones. Desde muy chico practicó Fisicoculturismo, Patinaje Artístico y se quedó con la Natación: “Iba al Club Huracán en Parque Patricios. Tuve una etapa polideportiva jajaja. Hice de todo: Billar, Bowling, Pelota paleta… (Hasta que me pegué con esa pelota durísima y abandoné). Como era muy flaquito, hice Fisicoculturismo cuando tenía 12 años, levantaba 25kg por lado y empecé a pegarle a la bolsa acompañado de mi papá que era profesor de Yudo y deportista. Después hice Patín Artístico para manejar el equilibrio en la terraza del club y llegué a hacer figuras y todo jajaja. Después hice Jockey sobre Patines y siempre recibía algún golpe, hasta que me di cuenta que odiaba los deportes que producían dolor y me quedé con la natación que no corría riesgo de lastimarme.” Relató riendo.

Remontándose a su primera infancia y su precocidad para hablar, caminar y empezar a leer y escribir a los tres años, recordó entre risas: “Aproveché esa época para aprender, así después podía bardear jajaja. Me salían las cosas bastante fáciles. Me contaron mis padres que a los 9 meses ya caminaba y hablaba, pero de aprender a leer y escribir me acuerdo. Yo fui hijo único, pero vivía en una casa con varios hermanos de mi papá. Mi papá fue el último de 11 hermanos. Era la casa de mi abuelo paterno que había fallecido hacía poco tiempo y nos mudamos con mi papá y mi mamá ahí. Había un tío que era marino, el tío Mario, muy severo y prolijo, usaba patines para entrar a la casa. Tenía otro tío que era payaso, Armando, el mayor de los Cipolatti. Era el payaso pajarito, contemporáneo a Firulete en los años 60 y además era Papá Noel. Desde muy chiquito yo sabía que Papá Noel no existía, que era mi tío y se lo contaba a todos os chicos del barrio… También vivía mi tía Dora, ella me quería mucho y siempre me daba conejos y regalos, hasta de grande. ‘El primero te o regalan, el segundo te lo venden…’ fue una frase de ella aconsejándome que nunca acepte nada de un extraño. También vivía ahí mi tío Luis que era Poeta, Pintor de Cuadros, soltero y un muy buen peluquero de señoras. Escuchaba mucha música clásica, gracias a él conocí a Mozart, Beethoven, Chopin… y fue quien me regaló el primer disco de Los Beatles, cuando era muy chiquito, y me dijo: ‘Esta va a ser la nueva música clásica’. A mi papá también le gustaba mucho la música, pero escuchaba Tango y Jazz”.

Continuando cronológicamente con su vida, Pipo siguió recordando su infancia: “De chico hacía mucho lio en el colegio porque me salía muy fácil la tarea, me quedaba tiempo y molestaba a los demás. Leía y me quedaba enseguida. Como me interesaba y lo entendía, no tenía que memorizarlo. En historia, las invasiones inglesas para mí eran como leer Sandokan, me gustaba. En tercer grado una ti amia que era directora de un colegio me enseñó a hacer un trabajo de ciencia sobre los pulmones con una botella de leche de las antiguas, tubo de ensayo en forma de ‘Y’ y dos bombitas de agua. En el colegio se hacían competencias de ciencias, como en ‘Los Simpson’ y gané el título de ‘Niño Ideal’ jajaja. Siempre me gusto leer y las otras cosas del colegio me salían muy fáciles. Los libros de historia eran para mí como los de ciencia ficción, me atrapaban. Como cuando hice catequesis… Gente que escupía fuego… Jóvenes alados… y yo jamás cuestionaba nada, era muy tímido. Hice el curso de catequesis porque me sobornaron comprándome un Wincofon. A mi padre no le interesaba, pero mi madre era muy creyente y para que yo fuera a la iglesia me compraron un Winco, una toca disco, que era como una PlayStation 5 de esa época, y un disco simple: El twist del Mono Liso, de María Elena Walsh.”

Realizó el Servicio Militar en Río Gallegos, donde tocó el tambor en la Banda del Regimiento de Infantería 24 y fue entonces cuando fundó el grupo La Aguja que animaba casamientos de algunos oficiales superiores del Ejército Argentino. Allí aprendió el oficio de operador de cine y al regresar al mundo civil, se desempeñó como asistente de un visitador médico, cadete, jefe de cadetes y varias profesiones más para luego dedicarse por completo a la música.

En referencia a su conducta ordenada y metódica, tan lejana a lo que se pensaba de él, contó Cipolatti: “Tuve un padre policía, él me enseñó a tener una conducta correcta, no decir tantas malas palabras adelante de personas mayores y a querer a los animales. Me decía: ’La guitarrita no, conseguite un trabajo’. Hasta que fui a cobrar a Sadaic por primera vez. Entonces me dijo: ‘Ahora te compro otra guitarra, hijo’. Tuve una buena infancia, me mandaron a un buen colegio, me pagaron los estudios, me daban bien de comer, me dejaron dormir con ellos hasta grande... ¿Qué más se puede pedir?” . Aseguró el músico.

Formó diversos grupos (La goma, Epitafio, Los Pipos), en 1982 conoció a Daniel Melingo y surgieron Los Twist. Así lo cuenta: "Yo estaba con el grupo Los Pipos con un amigo (un grupo casi teórico) y la idea era hacer carteles y volantes que dijeran se vienen Los Pipos, se vienen Los Pipos, y no tocar nunca. ¡Mira qué idea más estúpida! Jajaja. Con Melingo nos conocimos a principios del ’82. Yo tenía algunas canciones, como ‘Pensé que se trataba de cieguitos’ y ‘El primero te lo regalan, el segundo te lo venden’. Él también tenía varios temas y me propuso hacer una banda. Empezamos a recorrer bares y actuábamos los dos solos en los intermedios de los shows como invitados. Primero nos llamamos Los Sea Monkeys, después Freak and Rola. Incluso salimos a pintar algunos grafitis. Él ya estaba con Los Abuelos de la Nada, pero tenía ganas de tocar la guitarra. Hicimos unas presentaciones en el Mágico Parque Genovés y debutamos junto a Sumo en el Einstein. Y llegó la idea de Los Twits. El concepto el nombre. Le pusimos Los Twist por el ritmo y también porque quiere decir retorcido. Los Twist nacieron el 30 de abril de 1982, 28 días después de la Guerra de Malvinas, lo recuerdo porque era el cumpleaños de Martín Karadagian. Hicimos un par de demos y se lo llevamos a (Daniel) Grinbank, que me dijo que ‘no le interesaba, que no iba a pegar’. Ahí Charly (García) dijo: ‘A mí sí me interesa’. Nos llevó a grabar al estudio Panda. Me llamó y me dijo: ‘Hola Pipo, me gusta lo que hacen, el viernes entramos a grabar’. Era lunes, y yo le dije ¿qué te pasa? Pero así lo hicimos, entramos el viernes y el domingo estaba terminado, hicimos casi 30 horas de corrido, tocando todos los temas juntos. Charly después nos reconoció que nos produjo porque le sobraba cinta en un carrete. Así que entre Serú Girán y Mercedes Sosa había quedado un metro de cinta y en ese espacio nace La dicha en movimiento”.

La dicha en movimiento fue el primer disco y exitazo de Los Twist, que se grabó en un fin de semana. Así lo recuerda y amplia Pipo: “Fue un disco bisagra en el rock nacional. Recuerdo durante la grabación las caras de asombro de músicos como Luis Alberto Spinetta, David Lebon, Rinaldo Rafanelli, Pedro Aznar, que pasaron por el Estudio Panda invitados por Charly García, nuestro productor artístico. Queríamos recrear el concepto de los grupos de época desde la estética y la forma. Entramos al estudio un viernes y el domingo estaba mezclado. Fueron un total de 29 horas y media: 10 horas un viernes, otras 10 el sábado y nueve y media el domingo. En temas como Jabones flotadores y Cieguitos, la voz que quedó es la de referencia. Lo único que grabamos por separado fueron los solos de guitarra y saxo, los teclados de Charly García y las voces de Fabiana Cantilo. Fue increíble, García lo dirigió bárbaro. Decía: "Poné rec" y "está bien, quedó así Salió el 17 de octubre de 1983, todavía era dictadura".

Algo que muy poco se sabe es él porque del nombre del primer disco “La dicha en Movimiento”: “Mi papá me traía publicaciones de la editorial policial; editaban una revista que se llamaba La ronda y también libros, que le daban al personal. Un día, mi padre trajo el Manual de toxicomanía. Era muy pintoresco... ‘Trescientos lugares donde el adicto esconde la droga’, todo así… En el manual había un capítulo entero sobre la cocaína y una parte me llamó mucho la atención porque decía que, en la jerga de los drogadictos, a la cocaína se la suele llamar ‘la dicha en movimiento’. Me pareció divertido. Cuando grabamos el disco, me acordé. Tenía todo que ver con el espíritu festivo de las canciones. Y por 30 años nunca se supo de dónde venía ese nombre, hasta que a Melingo se le escapó en una entrevista...”

El disco salió y fue un éxito. Se vendieron más de 120 mil placas, pero de varios de los temas fue prohibida la difusión en todos los medios de comunicación del país, así recordó el músico la censura: “Débil y en retirada la dictadura, la censura se metió igual con la difusión de gran parte de las canciones. El corte de difusión que nos dejaron, fue ‘Cleopatra, la reina del twist’. Empezó la democracia, pero quedó todo igual por mucho tiempo. Sólo Lalo Mir se animó a poner ‘Pensé que se trataba de cieguitos’ un tema que para mucho significó mucho y yo lo viví como uno más".

 “Pensé que se trataba de cieguitos”. Fue el gran hit del primer disco de Los Twist y se convirtió en un tema icónico para la época y para la propia banda. El tema parodia una noche posible en tiempos de dictadura: un chico joven en la calle al que un grupo de policías de civil detienen y luego de algunas preguntas, sin importar demasiado las respuestas, como en aquella época, lo llevan preso. Los anteojos negros, aun siendo de noche, ironizan también el aspecto que solían tener estos hombres sin uniforme policial. El joven, en su inocencia, simplemente pensó que se trataba de cieguitos. Así el músico recuerda su creación: “’Pensé que se trataba de cieguitos’ narra una detención policial de manera humorística pero precisa. Nunca me cayó bien la canción de protesta. Lo asociaba con la barba, el olor a transpiración y el pelo sucio. Escuchaba a los punks, a los new wave y todos puteaban a la policía de una manera muy obvia, y nosotros queríamos hacerlo de manera más elegante. Nada de lo que contamos tenía que ver con cosas que me pasaran a mí, pero sí que pasaban o habían pasado a los jóvenes muy seguido. Yo, como muchos, llegué a estar en un calabozo, pero tenía la suerte que después mi papá me sacaba. Eran procedimientos de aquellos años. El problema era que yo me olvidaba en casa el carnet del Hospital Churruca. Cuando me paraba la policía y entre mis documentos tenía el carnet, era otra historia. Me decían:’ ¿Su padre está en la repartición?’. Yo le contestaba: ‘Sí. Teniente Cipolatti, seguridad federal’. Entonces me decían: ‘Ahhh, bueno. Entonces anda, pibe’. Así zafaba. Mi viejo había entrado en la policía como instructor de judo. Era muy moralista. Creo que no le gustaba ser policía, simplemente tenía vocación antidelito. Pero nunca usó un arma para detener a alguien; le hacía una toma de judo”. Aseguró el cantante.

Además de grabar varios discos, hizo televisión -primero en La TV Ataca, luego llegó a tener su programa propio, Boro Boro, en Telefe y, entre tantas otras cosas, Rompeportones, una creación de Hugo Sofovich; tuvo varias participaciones en cine y en la radio, un dato que reafirma su carácter polifacético el músico: “La primera vez que hice radio fue acá en ‘Rivadavia’ cuando empecé con Los Twist. Con Calamaro hacíamos un programa que salía todos los días, diez minutos antes de las 12 de la noche. Se llamaba Adelantando la jornada, acá en Radio Rivadavia. Era fantástico".

Pipo Cipolatti compuso y sigue componiendo muchísimos éxitos. Es un referente indiscutido de nuestra música, multifacético, como pocos. Actualmente realiza presentaciones y giras por todo el país con su actual espectáculo que se llama ‘ACV’, siglas de ‘Algunas Canciones Viejas’ y es su propio representante.