Miércoles, 17 Agosto 2022 10:53

"Escrachar al que recibe un subsidio que no pidió porque vive en tal o en cual casa es fascismo"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

La culpa es de ellos. Pero te quieren culpar a vos. Con la más peligrosa de las estigmatizaciones. La que viene del poder. La que es abusiva per se, la que puede derivar en violencia. Demonizar al que recibe un subsidio que no pidió porque vive en tal o en cual casa es fascismo. ¿En qué se diferencia esa humillación con la del abuelito de los dólares al que le hizo bullying Cristina Fernandez por cadena nacional? Sólo en que la hizo Malena Massa.

Buscar el escrache como la demostración de que no es un tarifazo sino un hecho de justicia social porque pagarán más los que tienen más es sólo una forma de encubrimiento del tarifazo. Depende cómo se calcule casi un 50% de la gente tendrá un aumento de 300% en la electricidad, 170% en el gas y 150% en el agua. ¿Tiene cola, cuatro patas y ladra? Es un perro. Es un tarifazo. Y que lo nieguen en la cara de todos es una falta de respeto más.

Pensar que hace unos días muchos se quejaban de los escraches y hablaban de respeto a las instituciones. Y ahora al escrache lo hacen los funcionarios. 

Aun como relato no sirve de eufemismo y es totalmente falaz. Es falaz porque no se redistribuye nada. Hay una quita de subsidios, una reducción. Redistribuir sería mantener el mismo monto de subsidios y en este caso se reduce. O sea, para reducirlo alguien paga lo que el estado deja de pagar y a ese le aumenta la tarifa. Y en cualquier caso en que el aumento sea sideral, de más del 100%, es un tarifazo, o como quieran llamarlo. Pero no mientan más en la cara de la gente.

Algunos dicen que gobernar es explicar. Hacerse cargo de errores o de medidas impopulares proveyéndolas de sentido. Darle un propósito al esfuerzo en pos de un futuro mejor. Pero cuando se ha hecho política falsamente benéfica del despilfarro, cuando se ha convertido en una bandera ideológica regalar los servicios públicos en el propio dominio electoral, cuando se ha defenestrado a quienes intentaron que la luz, el gas o el agua se paguen por lo que vale, necesitan justificarse, disfrazar lo evidente de una cruzada justa, basurear a quien sea en el medio y crear enemigos, básicamente para que no adviertan que son responsables, que tienen que reconocer errores, que se la gastaron toda.

Decir que la luz, el agua o el gas, eran casi gratuitos, es en realidad un error. Cuando se dice que algo es gratis desde el estado, lo que en realidad pasa es que se diluye la noción de la billetera que lo paga. Pero a estos subsidios injustos, -porque gran parte del país nunca los tuvo-, ineficientes, -porque sólo implicaron sendos gastos en importación de energía y derivaron en total falta de conducta ahorrativa en la población-, populistas, -porque costearlos llegó a significar una sangría de dólares que sólo este año puede llegar a 15 mil millones que no hay y encima deriva en falta de inversión-, a estos subsidios los pagamos todos.

¿Se acuerdan cuando el Presidente decía que se habían acabado los tarifazos? 

Otros tiempos.

¿Y por qué justo ahora que la inflación se acelera tienen que echarle más leña al fuego de los aumentos? Es muy simple: porque se la patinaron toda, y no les queda otra. Y aquí es bueno marcar otra falacia que se dijo ayer. La flamante secretaria de energía Flavia Royón afirmó que el aumento de tarifas permite que “la población de más ingresos pueda acompañar el ahorro fiscal”. Una descarada. Qué ahorro fiscal si los únicos que se ajustan son los ciudadanos y el gobierno no recorta ni ajusta nada. Ajustan a los jubilados, ajustan con la inflación, ajustan especialmente a la clase media y ajustan con las tarifas. Ellos no se ajustan en nada. Lo que les pasa es que fueron tan lejos con el dispendio que no les quedó otra que agarrar el freno de mano delante del precipicio, y eligieron entre lo impopular lo que menos les toque el gasto político.

Igualmente, si uno lo piensa, es tan poco inteligente este maquillaje burdo del tarifazo, que sólo construyen su propio boomerang. Porque el ciudadano que les creyó de buena fe que en realidad no hay tarifazo, lo sentirá doblemente cuando llegue la factura.

De todas maneras, nada mejor que la propia falsa demagogia para dejar en evidencia al que la ejecuta. No hace mucho tiempo atrás Sergio Massa hacía un show de su oposición al aumento de tarifas.

Cuando comenzó este gobierno, el 80% de la sociedad pagaba la tarifa plena de gas y electricidad. Todo ese esfuerzo lo desandaron retomando subsidios que sólo implicaron más impuestos. Cuando lleguen las nuevas facturas, ¿se las mandará Malena Massa a su marido a los programas de televisión como lo hacía durante el gobierno de Macri?

“Salir a yirar”... Yira yira es un tango muy conocido. Ese que dice, “Verás que todo es mentira, verás que nada es amor”.